domingo

El Rincón del Cómic Mutante

CAMINO A LA PERDICIÓN (Max Allan Collins, 1998)


Michael O´Sullivan es un honorable hombre de familia, esposo fiel y atento Padre. Un orgulloso veterano de la Gran Guerra que nunca ha dejado de ejercer como soldado, sólo que ahora en vez de servir al gobierno de su país trabaja a las órdenes de John Looney, el capo mafioso irlandés que controla la ciudad como asesino a sueldo. Todo parece ir de cara para O´Sullivan hasta el día que recibe el encargo de llevar una carta al dueño de una exclusiva sala de fiestas. A partir de entonces se verá obligado a tomar un camino lleno de traición, venganza y revelación en compañía de su hijo adolescente. Un camino que deberá llevarlos hasta el poblado de Perdición.

Basado en el manga de Kazuo Koike "Lone Wolf and Cub" (Lobo Solitario y su cachorro). Allan Collins, traslada la acción del Japón de los clanes samurai al mundo de la mafia del Chicago de los años veinte, mezclando personajes ficticios con otros reales (Al Capone, Frank Nitti, Eliot Ness) y acontecimientos inventados con otros que realmente ocurrieron (el incendio del Quinlan, el tiroteo del hotel Sherman...). El resultado es una muy buena historia de serie negra, que retrata la historia de venganza de un padre y un hijo, con reflexiones sobre la imposible línea divisoria entre el bien y el mal en un mundo brutal que no permite concesiones.

El estilo del dibujante Piers Rayner, en un detalladísimo blanco y negro, es casi cinematográfico, sobre él recae prácticamente toda la fuerza de la narración. Rayner utiliza un lenguaje fluido sin dejar por ello de plasmar escenas con altas cotas de emoción contenida gracias a los abundantes primeros planos de los personajes.




Otro cómic no mutante

del que os habla el elegante

Hombre de las Gafas

sábado

El Rincón del Cinéfilo Caliente

Hellboy II: El ejército dorado

Guillermo del Toro regresa a las pantallas, tras su laureada “El laberinto del fauno”, con uno de sus personajes favoritos, el superhéroe irreverente y zumbón creado por Mike Mignola.
Si Chistopher Nolan opta en “El caballero oscuro” por enmarcar al hombre murciélago en una atmósfera de hiperrealismo sucio más propio de un thriller que de la aventura de un héroe del cómic, del Toro se lanza a fondo en la recreación de esos mundos barroco-fantásticos que tan bien se le dan. Y desde el punto de vista visual la cinta no defrauda (aunque empieza a verse la influencia de Tolkien, algo manida tras la saga de “El Señor de los Anillos”, no en vano el director ya prepara la adaptación de “El Hobbit”).
El film también tiene a su favor, que las aventuras de este demonio rojo (al que tan bien se ajusta Ron Perlman) y sus compinches están trufadas de humor, que aunque simplón, ayuda a aligerar los 120 minutos de metraje. La única pega que le encuentro es de tipo argumental, ya que aunque esta secuela de Hellboy es bastante entretenida, carece de cualquier tipo de doble lectura, con lo cual, una vez acabadas las palomitas, el guión es tan escuálido que cualquier adulto empieza a fijarse en cosas ajenas a la trama: que si otra vez Santiago Segura haciendo el típico cameo; que si mira qué chulo les ha quedado a los de DDT el Ángel de la Muerte; que si a Orlando Bloom le quedaban mejor las orejas de Elfo y la peluca que al príncipe Nuada; que si las disputas entre Brazo Biónico y Pink son infinitamente más entretenidas que las de la pareja protagonista…
Vamos, que pese a los esfuerzos de Hulk, Batman y Hellboy, el verdadero superhéroe de este verano no ha sido otro que Wall-E, fruto de la maestría y la inteligencia de la gente de Pixar.

Otra crítica heróica

de nuestra heroina histrionica

Pussy Deluxe

jueves

El Rincón del Cinéfilo Caliente

EL CABALLERO OSCURO (Christopher Nolan, 2008)

Si no fuera por los innumerables cholotronics que pueblan los multicines de mi pueblo, las primeras imágenes de "El caballero oscuro", justo después de que hayan desaparecido los logos de la Warner y DC Comics, estarían apoyadas en el silencio. Un silencio que pronto se ve rasgado por la música del espléndido (y extraño) tándem que forman Hans Zimmer y James Newton Howard: se trata de una música amenazadora que parece salida de un film de horror. De hecho, "El caballero oscuro" sorprenderá a los que vayan a ver el nuevo film de Christopher Nolan con la pretensión de encontrar un cómodo entretenimiento, una peli de superhéroes solar. Pues no. Ni es cómoda ni es solar. Se trata más bien una película áspera, inquietante y perturbadora, que confirma a su director como un magnífico narrador de relatos afilados. En el caso de "El caballero oscuro", la textura fantástica de sus anteriores pelis toma la forma de un thriller tenso en el que destacan personajes como el Joker y Dos Caras: mientras el primero es un portavoz de la muerte, empeñado en hacerla extender por Gotham, el segundo es un hombre desfigurado que, en nombre de una personal venganza, se acabará convirtiendo en asesino. Si por algo se recordará "El caballero oscuro" es por la sensación de muerte, desolación y fracaso que despiertan sus personajes, incluido Batman.

Otra muestra de cine oscuro

para el público maduro

traída por

Lord Velasco

domingo

ESPECIAL MADONNA: Los Conciertos de Tu Vida

El pasado 28 de Agosto Madonna realizaba en el estadio Stade Charles-Ehrmann de Niza el segundo concierto de la que es su séptima gira mundial, el "Sticky & Sweet Tour". Hasta allí se desplazó parte de la selecta redacción de este blog para vivir en directo tan magno acontecimiento.

Tras haber escuchado un miniconcierto de la siempre agradecida Robyn y haber escuchado a un DJ de verbena popular, las tres horas que llevábamos en el estadio comenzaban a hacerse eternas. Es por eso que el estadio casi se cae cuando comenzó, 30 minutos antes de lo esperado, el concierto de la Diva.

Más o menos así fueron las cosas...


Intro/Candy Shop
Tras una espectacular introducción en la que se recrea, al estilo "Charlie y la fabrica de chocolate" de Tim Burton, la elaboración de un caramelo, comenzó el concierto con “Candy Shop”, una canción bastante sosaina, como la mayoría de su último álbum "Hard Candy". Al igual que hiciera en el promo tour, Madonna apareció sentada en un trono y junto a unos bailarines vestidos de esmoquin realizó un número muy vistoso que hizo que le acabase cogiendo el punto a la canción.
Beat Goes On
Le siguió “Beat Goes On” , una de las mejores canciones de su último disco, y montó uno de esos números que justifican que pagues los 100 Euros de la entrada. Con la aparición estelar de un coche en escena, Madonna moviéndose por todo el escenario, bailarines por todos lados y en las pantallas un vídeo inédito de Pharrell y Kanye .Human Nature
Y llega el primer bajón de la noche. Madonna necesitaba respirar y no se le ocurrió otra cosa mejor que ponerse a cantar esta canción simplona de mediados de los noventa mientras tocaba la guitarra. La actuación fue tan aburrida que su único aliciente fue ver a Britney haciendo un cameo en las pantallas. Cuando se oyó el “It´s Britney, Bitch” la gente enloqueció, no sé si porque odiaban a la Spears o porque respiraron aliviados por el final de la canción.

Vogue

Por suerte, el concierto remonta con uno de sus clásicos más indiscutibles. Todavía bajo la influencia del "Reinvention Tour", Madonna reinventa "Vogue" adaptándolo a la base musical del "4 minutes". Afortunadamente el invento salió bien y pudimos disfrutar del tema mientras Madonna bailaba como una loca acompañada de cuatro bailarinas vestidas del palo "Showgirls" de Verhoeven y cuatro bailarines con una pinta algo más sado.
Aquí terminó el primer bloque del concierto. Mientras la Diva se enchufaba a la bombona de oxígeno, nos pusieron un "Video Interlude", que es un relleno que enlaza un bloque con otro. Así mientras en las pantallas veíamos un vídeo inédito de “Die Another Day”,el tema que realizo para la película de James Bond, en el escenario dos bailarines se peleaban (en coña) en un ring.

Into The Groove

Comienza el segundo y, para mi gusto mejor, bloque y lo hace a lo grande. Ni más ni menos que con este temazo extraído de la banda sonora de "Buscando a Susan desesperadamente" reinventado para la ocasión con unas enérgicas bases ochenteras y sapleando el "Jump" del "Confessions on a dance floor". Las pantallas se llenan de dibujitos de Keith Haring y en el escenario aparece una plataforma móvil con un Deejay y una barra de streeptease. Madonna monta el numerito horriblemente vestida con unos pantaloncitos rojos (de los del Piraña de "Verano Azul"), rodilleras y una chaqueta de chandal. Se sube a la barra mientras canta y se pone a saltar a la comba mientras nos grita "Vosotros no podéis hacer esto, putas".

Uno de los mejores números de la noche sin duda alguna.

Heart Beat

Por desgracia el "Sticky & Sweet Tour" contiene demasiadas canciones del "Hard Candy". Una de las que se podría haber ahorrado cantar es ésta (y no digo más). El número al menos fue digno: mientras unos corazones bombean en las pantallas, Madonna realiza una coreografía, muy de contacto físico, simulando ser una especie de muñeca-robot acompañada de dos bailarines y dos bailarinas.

Borderline

Madonna agarró la guitarra y todos nos pusimos a temblar. Por suerte los arreglos guitarreros le sentaron muy bien a esta canción que, según me han contado, no tocaba en directo desde 1985 (23 años!!!!)

She’s Not Me

Y llegó la segunda mejor actuación del show. Madonna se coloca unas gafas de sol en forma de corazón y comienza a cantar mientras aparecen imágenes de toda su carrera. Durante la actuación el proyector se colgó un par de veces y la diva decidió pagarlo con las cuatro bailarinas que simulaban ser maniquies disfrazadas de “Material Girl”, “Vogue”, “Open Your Heart” y “Like a Virgin” que aguantaron estoicamente como la Ambición Rubia las zarandeaba y humillaba. Finalmente le arranca la peluca a la que va de "Vogue", se la pone y se arrastra desde la pasarela al escenario con el sampler del "Last night a DJ saved my life" de Indeep que enlaza con el siguiente tema.

(Hago un inciso para decir que "She´s not me" es una de las escasas canciones buenas del "Hard Candy")

Music

Parece inevitable que Madonna cante "Music" en todas sus giras y también parece inevitable que la reinvente. Esta vez la mezcla con la maquinorra "Put your hands up for Detroit" de Fedde Le Grand y en contra de lo que podría parecer el experimento le sale bien. En las pantallas aparece un metro y una de las puertas (otro error en las pantallas hace que no se vea nada donde tendrían que ir las puertas) se abre dando entrada a todos los bailarines y a un DJ. Un número de baile frenético de los que te dejan un buen sabor de boca.

Y terminó “Music” y Madonna se quedó molida. Mientras se reponía del esfuerzo nos pusieron el segundo "Video Interlude". Toda una premonición de lo que estaba por llegar. Unas imágenes en 3D cutres sobre una especie de marciana que se encuentra una oruga que luego se convierte en mariposa mientras en el escenario dos chinos con la peluca de Lucrecia nos aburrían con su baile minimalista. HORRIBLE. Por cierto que la canción que sonaba era "Rain", de su álbum "Erótica" mezclada con el "Rain" de los Eurythmics.

Devil Wouldn’t Recognise You

Después de dejarnos muertos con el interludio aparece Madonna encapuchada sobre un piano y encerrada dentro de unas pantallas circulares para cantar “Devil Wouldn´t Recognize You”. La puesta en escena impecable, la canción un coñazo que me suena muchísimo al "Red blooded woman" de Kylie Minogue. Entiendo que una mujer de 50 años no pueda estar 2 horas pegando saltos y necesite tirar de baladas para descansar, pero en 25 años de carrera estoy seguro que tiene baladas mucho mejores que ésta. Otro regalito del "Hard Candy".

Spanish Lesson

A continuación dice “Hablas Español?” y empieza a cantar “Spanish Lesson”, su peor canción en años, que, por supuesto, aparece en su último disco . A nosotros se nos cortó la digestión pero sorprendentemente los franceses se volvieron locos con esta canción y comenzaron a sacar banderines roji-gualdos. La escenografía fue tremenda: Madonna se quitó la capa y se quedó vestida de putigitana futurista adinerada mientras los bailarines embutidos en capas negras deambulaban por el escenario como quién ha perdido el reloj. Al final del número se van todos al final de la pasarela y se quitan las capas y un friki vestido de gitano monta un espectáculo bochornoso en lo alto de una tarima. Dicho así no parece tanto. Hay que vivirlo.

Miles Away

¿Os he comentado ya que este es el peor bloque de toda la gira y de todas las giras de Madonna? Seguramente ya lo habías adivinado.

Por si lo visto nos había parecido poco, Madonna volvía a agarrar la guitarra para dormirnos con la aburridísima “Miles Away”, otro lujo de canción del "Hard Candy" que (no me lo puedo creer) gusta a los fans de la Diva y que va a ser lanzada como tercer single. El número fue soporífero: ella sola, sin moverse, en mitad del escenario y en la pantalla imágenes de Google Earth y de una carreta gitana que recorre el planeta... Me ahorraré hasta la foto.


La Isla Bonita/Lela Pala Tute

Acaba "Miles Away" y de detrás de una pantalla aparece la carreta gitana, digna del más hortera de los tablaos flamencos de la costa brava. Sólo echamos en falta a la cabra y los pavillos. El número es prácticamente igual que el que realizó para el concierto "Live Earth", aunque en esta ocasión saca a tres gitanos en vez de dos.

A estas alturas tienes dos opciones: o te cabreas por el cutrerío de espectáculo y la mediocridad de las canciones o te dejas llevar, como hicimos nosotros, con la esperanza que en el cuarto bloque la cosa cambie, y cantas y bailas "La isla bonita", uno de los inexplicables éxitos ochenteros de la Diva, empeñada en cantarla en casi todas las giras. Cuando los gitanos intercalaron el "Lela Pala Tute" más de una se quedó lela.

Doli Doli (Romanian folk musical interlude)

Como Madonna tiene que amortizar a los tres gitanos (entre los que se encuentra el friki del "Spanish Lesson" ) les deja que canten esta canción mientras ella coge aire sentada en un montón de paja y una bailarina realiza un número en el que se va desprendiendo del incontable número de faldas que llevaba superpuestas (sólo le faltó que se le cayera un melón).



You Must Love Me

Madonna volvió a coger la guitarra y acompañada por los tres gitanos y su guitarrista de toda la vida interpretó una versión acústica de esta balada compuesta por Tim Rice y galardonada con un Oscar, pasando olimpicamente del público que en esos momentos le cantaba el "Happy Birthday to you". Madonna cantó "You must love me" con tantas ganas que llegó a emocionarnos... ¿O quizás nos emocionamos al saber que se había terminado ya el tercer bloque?

A pesar de que la Diva llevaba dos canciones sin mover el pandero llegó el último descanso. Con él, el tercer y mejor "Vídeo Interlude" llamado "Get Stupid". Un vídeo que denuncia el consumismo desmedido y sus consecuencias: la contaminación, las guerras, el hambre, la destrucción de hábitats naturales. En el vídeo también nos muestra a los causantes de todo eso desde Hitler hasta John McCain (más que seguro nuevo presidente del mundo occidental) y a las almas buenas que luchan contra ellos como Nelson Mandela, Teresa de Calcuta, ¡¿Oprah Winfrey?! u Obama (por el que pide el voto). El tema que suena es un estupendísimo remix del "Beat goes on" mezclado con "4 minutes" y "Give it to me".
4 Minutes

Madonna vuelve a echar mano del promo tour para copiar este número. En el aparece disfrazada de Caballera del Zodiaco bailando con unas pantallas móviles con imágenes de Justin Timberlake. Volvían a aparecer los chinos del baile minimalista y poca cosa más. Este número reveló que está canción, primer single del "Hard Candy", se ha quemado rápidamente ya que el público no se mostró excesivamente entusiasta con ella.

Like A Prayer

Y cuando menos te lo esperas llega la apoteosis con la mejor adaptación de la noche el “Like a Prayer” con el “Dont You Want Me” de Felix. Sensacional. El mejor número de toda la noche. Una Madonna pletórica de energía y voz demuestra por qué es la reina indiscutible del pop. Pantallas, luces, coreografías imposibles y el público totalmente entregado. Si el concierto hubiese acabado aquí tendríamos que haber ido a urgencias para que nos diesen algo para bajar la adrenalina... Por desgracia, fue la misma Madonna la encargada de darnos ese algo.


Ray Of Light

Madonna se desfondó. Y ahora que es cuando tendría que haber tirado de un vídeo no se le ocurre otra cosa que coger la guitarra para destrozar “Ray Of Light”, una de las mejores canciones de la Diva que aparece en el disco del mismo nombre. Desde el "Confessions Tour" ha ido tocando esta versión roquera de la canción hasta en las bodas y cada vez lo ha hecho con menos ganas. La actuación de Niza fue tremenda: ella rígida como un palo, reservando las pocas fuerzas que le quedaban, y detrás los dos chinos del baile minimalista con un casco de moto puesto. Hasta los mosquitos se durmieron.

Hung Up

Madonna no soltaba la guitarra y nos quedó claro que el final del concierto iba a ser para olvidar. Entonces antes de empezar a tocar "Hung Up" se paró y preguntó: "¿Qué canción queréis que cante? Un griterio atronador retumbó en el estadio y la Diva empezó a cantar "Express Yourself". Y cuando la gente enloqueció, paró de cantar y dijo: "Fuck this shit" y sentenció: "Aquí mando yo y yo elijo las canciones". Pues querida- sentencio yo- con las de este concierto te has cubierto de gloria.

Si hay algo que todo el mundo tiene claro es que "Hung Up" es una de las mejores canciones disco de los últimos tiempos. Es por eso que nadie entendió el por qué de la versión rock que Madonna hizo de ella. Era la penúltima canción de la noche y el anticlimax era total. Ella allí parada con la guitarra (que harta de escucharse a sí misma se acabó rompiendo) y en la pantalla una partida de ajedrez. Pa cagarse.

Give It To Me (Finale)

Tal y como estaban las cosas sobre esta canción, la mejor de su último disco, recayó toda la responsabilidad para acabar el concierto dignamente. Y la prueba fue superada por los pelos. El número fue prácticamente calcado al del promo tour, pero aquí la espectacular coreografía estaba realizada por más bailarines. Madonna echó el resto para estar a la altura y lo consiguió (aunque un resbalón por poco hace que acabe por los suelos). Por desgracia, la versión house de este temazo no sonó todo lo bien que se esperaba para un final de fiesta.


Al final todos acabaron detrás de las pantallas y un enorme game over nos anunció que el concierto había terminado y que la Diva no regala bises.

En definitiva, un concierto irregular tan espectacular a nivel técnico (impresionantes juegos de luces, pantalla semitransparentes, cambios de decorado...) como flojo en cuanto a la selección de los temas (demasiadas canciones mediocres y falta de grantes hits como "Material girl", "Dress you up", "Open your heart", "Deeper and deeper"...). Fue un concierto lleno de altibajos, que alternó de forma desordenada los números más movidos con las paradas para tocar la guitarra: le faltó la coherencia musical de otras giras.

Como aspecto más positivo destacaría el buen nivel de Madonna tanto físicamente como vocal, se la oyó correcta en la mayoría de los temas y en varios ("You must love me" o "Like a Prayer") cantó de maravilla. Lo peor fueron las innecesarias versiones rock de algunos temas, que únicamente buscaban justificar que la Diva ha aprendido a tocar la guitarra. Y, por último, un apunte de moda: ni Givenchy es Gaultier ni una boda es un concierto. A cada uno lo suyo.

Una crítica exhaustiva

del concieto de la Diva

a cargo de

El Hombre de las Gafas

Y como sé que lo estáis esperando, aquí tenéis un anticipo de lo que podréis ver próximamente en

UN LUGAR LLAMADO DESEO

Pussy Deluxe, Brazo Biónico y El Hombre de las Gafas, petardeando antes del concierto, deslumbran al personal con sus gorras discofashion.

Lord Velasco inspeccionando la zona en busca de un espejo.

sábado

ESPECIAL MADONNA: Biografías Imposibles



POESIA MOLONA

DEDICADA A MADONNA

Naciste una mañana,
una niña fuerte y sana.
No eras muy lista ni mona...
te llamaron Madonna.

No eras muy buena estudiante
a ti te gustaba el cante.
Y en cole destacabas
por no llevar nunca bragas.

Aunque no eras una top
te fascinaba el pop.
Pronto te dio por cantar
y tu tía se echaba a temblar...


No eras alta ni con tacones,
pero lucías melones.
¡Qué mejor arma para triunfar
en el arte de cantar!

No eras buena bailarina,
una vez casi te orinas.
Pero como te sobra ambición,
grabaste una canción.

Vestida con unos jirones
que te sentaban de cojones
comenzaste a actuar...
A cantar...
A bailar...

Todo aquel que te escuchaba
o te quería o te odiaba.
A nadie dejó indiferente
que triunfaras de repente.

Cantaste con trompetín
o vestida de Marylín.
Daba igual lo que cantaras,
por todo el mundo triunfabas.


Luego fuiste puta, budista y mormona
pero no me cabe duda...
siempre has sido Madonna.


Por todas esas razones
Y porque ahora me voy
Declaramos a Madonna
Ídolo de siempre y de hoy.


Otra poesia facilona

sobre la vida de Madonna

que os trae

El Hombre de las Gafas

viernes



ESTAMOS CELEBRANDO

LA EXCOMUNIÓN DE

LA NIÑA



VOLVEMOS EN BREVE

martes

Clásicos de Hoy y de Siempre

UNA HISTORIA VERDADERA (David Lynch, 1999)

No voy a ser el primero en decirlo: "Una historia verdadera" no supone una ruptura con la anterior obra de Lynch, como así se ha ido viendo desde su presentación en el festival de Cannes. Dicha visión la han extendido, por otra parte, los detractores del Lynch más manierista (el de "Carretera perdida" o "Twin Peaks: Fire walk with me", pongamos por caso), argumentando que si "Una historia verdadera" es, de sus películas, la más ajena a su universo se debe a que, por primera vez, ha filmado un guión en el que no ha participado: éste le ha venido por su actual compañera y montadora, Mary Sweeny. La regla de tres que proponen es sencilla: no deja de ser interesante que la que es –para muchos- su mejor película sea, al mismo tiempo, la menos personal. Lo cual es una falacia: el mismo Lynch no se cansa de decir que se enamoró profundamente de la historia de Alvin Straight y que es equivocado verle como el sempiterno poeta de lo oscuro (lo cierto es que no hacían falta esas declaraciones: basta recordar la hermosísima "El hombre elefante"). Diciéndolo claramente: lo que pudo nacer como un encargo, Lynch lo ha asumido hasta la médula.

"Una historia verdadera" es una película de una sencillez compleja: muestra el viaje que efectúa un anciano, Alvin Straight, que, al enterarse de la enfermedad de su hermano, recorre 507 millas con el único medio de que dispone: su máquina cortacésped. Dicho motivo argumental da pie a que Lynch construya una película absorbente, sensitiva, de una atmósfera pregnante (amaneceres, crepúsculos, bosques y maizales, interminables carreteras... ; ayuda, y no poco, la labor del magnífico director de fotografía Freddie Francis así como el tapiz musical de Badalamenti y, como siempre, el magistral tratamiento del sonido que hace el cineasta). Para empezar, este rasgo emparenta "Una historia verdadera" con el resto de su obra: con seguridad, David Lynch es uno de los mayores creadores de atmósferas del cine actual. Pero la diferencia tonal que tanto ha sorprendido a sus seguidores o apedreadores es que esa atmósfera esté al servicio de una determinada sensibilidad que, vuelvo a repetir, Lynch no cultivaba desde "El hombre elefante". Hay que decirlo ya: se trata de la película más hermosa que se ha podido ver en años: recordar instantes como el movimiento de cámara final, una vez se ha reunido con su hermano, donde Lynch asciende literalmente al cielo; el travelling de acercamiento y el plano sostenido sobre el rostro de Alvin, cuando le comunican la enfermedad del hermano; o la secuencia en que, junto a una fogata, Alvin cuenta a la autoestopista embarazada cómo perdió su hija a sus hijos... Extraordinarias, inolvidables, son las actuaciones de Richard Farnsworth y Sissy Spacek. Y verdaderas. De esto es lo que nos habla la película: del discurrir de la vida, del tiempo añorado, todo con una sencillez y, al mismo tiempo, hondura, memorables. Y con tal intensidad, con tal sinceridad, que cuando finaliza te deja clavado en la butaca y con el pecho oprimido.

No se la pierdan.

Otra película memorable

para pasar un rato agradable

recomendada por

Lord Velasco

(Lynchiano y marciano)

lunes

Pásame el Mando

'Swingtown', los frescos del barrio

Si hay una estética que odio, esa es sin duda la de los 70. Pantalones de campana, camisas de estampados imposibles, lentejuelas, mostachos y pantalones marcapaquete, tienen la capacidad de matarme la líbido. Hasta ahora. Porque aunque la cartelera cinematográfica está más sosa que la dieta de un hipertenso, la televisión estadounidense nos sigue sorprendiendo con propuestas interesantes. Esta vez ha sido la CBS la que se ha tirado a la piscina al estrenar “Swingtown”, una serie que, por su temática, parecía destinada a la televisión por cable.

¿Qué hacían tus padres en 1976? En este país la gente trataba de quitarse de encima la costra de la dictadura. “Libertad sin ira” de Jarcha era la canción que más sonaba, las series de moda eran “Los hombres de Harrelson”, “Sandokan” y “Curro Jiménez”, y mientras Nadia Comaneci triunfaba en los J.J.O.O. de Montreal y “Garganta profunda” lo hacía en los cines de medio mundo, nuestros padres se atrevían a soñar con un presente mejor, mal que le pesase a tanto hijo de puta de uniforme, militar o eclesiástico, que en cuestiones de (falta de) libertad suelen ir bastante parejos. Todo esto os sonará porque o bien lo recordaréis o bien lo habréis visto en “Cuéntame”, en ambos casos os acompaño en el sentimiento. Y para superarlo, os propongo que le echéis una ojeada a la serie del verano, “Swingtown”, que aunque ubicada en aquel año, se centra en cómo el ambiente de experimentación, cambios sociales y revolución sexual que se vivía en los EE.UU. afecta a tres familias muy distintas de Chicago. Entre sus protagonistas destaca Grant Show, aquel chulazo que se paseaba en moto por “Melrose Place” y Jack Davenport, uno de los protas de la versión británica de “Coupling”. Las tres protagonistas femeninas, estupendas, la verdad es que no me suenan de nada.

Chicago, 1976. Los Miller abandonan el barrio y a sus vecinos de toda la vida, los Thompson, para trasladarse a otro de más categoría, donde conocerán a los Decker. Susan y Bruce Miller no tardarán en descubrir que esas pocas manzanas separan dos mundos y dos formas diferentes de vivir la vida, y tendrán que escoger entre quedarse con sus aburridas pero seguras reuniones de tupperware o arriesgarse a descubrir si prefieren las fiestas de intercambio de pareja.

La serie recuerda a “Aquellos maravillosos años” y a “Tormenta de hielo”, tiene una gran ambientación, sentido del humor, personajes con carisma y viene trufada de buena música. ¿Alguién da más?

A la espera del regreso a la isla de los 'Oceanic Six' y de que Dexter nos vuelva a maravillar con su tercera temporada, el verano junto a los Decker, los Miller y los Thompson promete ser divertido.

Otra serie recomendada

por nuestra amiga remojada

Pussy Deluxe

(La fresca del barrio)