jueves

Biblioteca Básica de Literatura Clásica

Los ojos verdes ( Marguerite Duras, 1980)

No entiendo cómo los críticos, que siempre han sido tan atentos a canonizar, a historiar y a pergeñar listas, todavía no se han tomado en serio a ellos mismos para elaborar un listado con los textos más iluminadores, influyentes o simplemente entretenidos de la historia de la crítica de cine. Podría tratarse de libros, revistas, artículos, entrevistas, conferencias. Se sabría cuáles han sido las mayores aportaciones e influencias que han tenido. Porque, ¿de qué ha servido un siglo de reflexión sobre el cine? ¿Hemos aprendido algo? ¿Qué se recordará en el futuro? Espero que un libro así, si se llega a escribir algún día, vaya más allá de Truffaut. Es decir, más allá del libro “El cine según Hitchcock” y del artículo “Una cierta tendencia del cine francés”. Porque lo contrario sería aburrir a las cabras.
El problema no es que se haya escrito mogollón sobre cine. El problema es que se ha escrito un montón sobre los mismos temas y, para más inri, de la misma y pavisosa manera. Hay tan poca originalidad en la mayoría de las libros publicados y hay tal saturación de clichés y de asquerosa abulia en la escritura, que le entran a uno ganas de maldecirlos. Abunda la bisutería cuando no la perfecta chatarra. De ahí que joyas como “Los ojos verdes” merezcan ser reconocidas.
"Los ojos verdes" es una compilación de textos de Marguerite Duras. Fue publicada por la revista Cahiers en junio de 1980. Serge Daney colaboró en la compaginación y el resultado, extraordinario, es una muestra del pensamiento fértil de Duras. Se trata de un texto firme y sugestivo que está atravesado por la prosa habitual de la autora de "Hiroshima, mon amour". "Los ojos verdes" es una sentida reflexión sobre el cine que está hecho y sobre aquel que está por hacer. Sus páginas son el reflejo de las películas que hizo Marguerite Duras y de las películas que hicieron los otros. Sus líneas son de dolor y de vida y versan sobre la literatura y el cine. Nada más lejos del verbo atento y de la mirada insobornable y por momentos chinchona de "Los ojos verdes" que esos libros-hojarasca que parecen haber sido escritos desde la imaginación más agarrada y la ignorancia más feliz.



Otra mirada insobornable
sobre un texto imprescindible
a cargo de


Lord Velasco

(verborrea irrefrenable)

2 comentarios:

Pussy dijo...

Te queda mejor el bigote que la verborrea, Lord. Sin acritud.

lord velasco dijo...

Tú sí que eres malérrima, Pussy!!