El Rincón del Cinéfilo Caliente

Tropic Thunder: Una guerra muy perra (Ben Stiller, 2008)

Una superproducción sobre la guerra del Vietnam está siendo rodada en el sureste de Asia. En un accidentado intento por lograr realismo, los actores acaban involucrados en un auténtico conflicto bélico en medio de la selva.

Enésima comedia gamberra protagonizada por Ben Stiller, aquí también en funciones de director de orquesta. Stiller conoce su papel y a su público a la perfección, así que sus incondicionales no saldrán del cine defraudados. El resto, mejor esperar a que la peli se edite en DVD para poder utilizar el Fordward del mando a distancia y acortar sus107 minutos de duración. Porque si bien tiene algunos chistes conseguidos, la mayor parte del metraje no es sino otra muestra de acumulación de parodias facilonas y humor de trazo grueso a la que nos tiene acostumbrados el actor. Lo mejor, la parodia de esa obsesión que persigue a algunos actores de interpretar a personajes discapacitados (Stiller parodiando al Sean Penn de "Yo soy Sam") o de someterse a los más absurdos procesos para conseguir parecer alguien dimetralmente opuesto a su imagen (Robert Downey Jr. oscureciendo su piel para hacer de negro) y así demostrar su calidad como intérpretes. Pero el ejemplo más claro de ello, que trasciende la propia trama del film y lo conecta precisamente con esa realidad a la que parodian, es el de Tom Cruise. Tachado de serio, aburrido y estricto cienciólogo en la actualidad, se mete aquí a interpretar a un productor violento, alopécico y megalómano, a mayor gloria del esperpento, que para más inri, acompaña con un bailecito los títulos de crédito del film. ¿Que consigue demostrar que sabe reírse de sí mismo? Pues sí. Lo que no tengo tan claro es que esto le convierta en mejor actor.

Quemar después de leer (Ethan y Joel Coen, 2008)

Basada en la novela "Burn After Reading: Presidents, CIA Directors, and Secret Intelligence", del ex jefe de la CIA Stansfield Turner, la última comedia de los Coen narra las peripecias de un agente de la CIA que tras dejar la agencia, despechado, se pone a escribir sus memorias. Por accidente, parte de estas memorias acabarán cayendo en manos de dos ineptos empleados de gimnasio que intentarán chantajearle.

Siguiendo el hilo de las obsesiones de los actores antes mencionadas, no deja de ser curioso que muchos galanes, tras años de luchar para que se los tomen en serio, una vez alcanzado cierto estatus dentro de la industria, se solacen en la recreación de la estupidez, como otra muestra de que son algo más que una cara bonita. Claro está que los resultados son bastante mejores y más reconocidos por la crítica si te dirigen los Coen que si lo hace Stiller, pero la intención no difiere demasiado. Aquí el baño de "humildad" se lo dan un Brad Pitt metido en la camiseta de un instructor de gimnasio bastante limitado y un George Clooney ejerciendo de mediocre funcionario que necesita llevar un arma para impresionar a las féminas. Pero aunque ambos resultan solventes, los amos de la fiesta son dos bestias pardas de la interpretación que se los comen con patatas: John Malkovich y Frances McDormand. En resumen, una divertida broma que construyen los Coen para demostrar la absoluta falta de discernimiento de los mal llamados Servicios de Inteligencia. A pesar de sus escuetos 96 minutos se hace pesada en algunos tramos, pero consigue arrancarte unas cuantas carcajadas y que acabes la proyección sonriendo.

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