Terminator Salvation (McG, 2009) Después de que Jonathan Mostow realizase en 2003 la olvidable Terminator 3: La rebelión de las máquinas, que los productores hubieran decidido volver a encomendar la cuarta entrega de la saga a los mismos guionistas de aquella, John Brancato y Michael Ferris, y la dirección a McG, perpetrador de Los ángeles de Charlie, no hacía esperar nada bueno. Tal vez por eso, debido a la falta de expectativas, los fans de la franquicia iniciada por James Cameron en 1984 no saldrán del cine defraudados. Porque aunque el resultado final de este Terminator Salvation está años luz de las dos primeras entregas firmadas por Cameron, es una película de acción bastante decente. El primer gran punto a su favor es, sin lugar a dudas, la presencia en el reparto de Christian Bale. Un actor capaz con su sola presencia de dotar de entidad un papel tan peliagudo y enclenque como el de John Connor. Difícil, porque en esta ocasión, asistimos por primera vez a la plasmación de un personaje que se nos viene explicando desde aquella primera The Terminator y que, recordemos, han interpretado otros seis actores (1) antes que Bale. En esta, podemos ver por fin a ese John Connor convertido en una especie de líder mesiánico capaz de liderar a la raza humana en su lucha contra las máquinas, guiado por las cintas de casete grabadas por su madre (como lo oyen, unas cintas capaces de superar el paso del tiempo y hasta un holocausto nuclear, nada menos). Además, el papel de Connor debe lidiar con los imperativos argumentales que impone una película de acción, que no puede permitirse bajar el ritmo para entretenerse en las complejidades de un personaje. De ahí la importancia de Bale, capaz de hacer un mimbre con cuatro cañas, o lo que es lo mismo, con cuatro miradas y el tono de voz adecuado, lograr que su personaje se aguante a base de pose. Porque, como ocurría en las anteriores entregas, el verdadero protagonista es, una vez más, el Terminator. (ESPOILER: si no has visto el trailer de la peli, ni leído nada sobre su argumento, mejor sáltate este párrafo) comentado con devoción por Pussy Deluxe 
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Arnold Schwarzenegger inmortalizó el modelo T-800, hecho a su imagen y semejanza, todo fuerza bruta; Robert Patrick tomó el relevo con el mejorado T-1000, capaz de transformarse y adoptar cualquier apariencia; y Kristanna Loken, siguiendo la lógica evolutiva, se transformó en la letal T-X. Esta vez, el modelo se llama Marcus Wright, y como su nombre indica, es un híbrido mitad humano, mitad máquina, al que interpreta de forma eficiente Sam Worthington. Esta evolución del Terminator le sirve de excusa a McG para envolver las dos horas de acción pura y dura con el celofán pseudo trascendental de reflexionar sobre la esencia que nos hace humanos. Algo en lo que, si realmente estás interesado, puedes profundizar a lo largo de las cuatro temporadas de esa maravilla televisiva llamada Battlestar Galactica.
Otra muestra de cine de sillón
miércoles
El Rincón del Cinéfilo Caliente
Etiquetas: 1. CINE, Pussy Deluxe
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3 comentarios:
Huh huh otra crítica ¿negativa? acerca de Terminator. No seré yo el que pague por verla. Una lástima, porque estéticamente es bastante atractiva...
En otro orden de cosas, estimada Pussy: lo he hecho. Siempre supe que caería y lo he hecho. Ayer por la tarde, entre delirios, fiebre y temblores producto de una simpar resaca, rematé los últimos 8 episodios de Damages2. De un tirón, sin piedad, una experiencia iniciática que no sé a dónde me conducirá, pero estoy seguro de que nunca más volveré a ser el mismo. Qué gran serie, no recuerdo nada tan satisfactorio desde el episodio final de A Dos Metros Bajo Tierra. ¿Para cuando la T3?
Queridérrimo Caniche, con un poco de suerte, la T3 nos llegará el invierno que viene. Pero no desfallezcas al pensar en qué serie ocuparás tu tiempo: Weeds y True Blood ya están aquí, y en breve llegarán Mad Men y el grandioso Dexter.
Siii, si, de hecho ya tengo en mis manos el primer capítulo de True Blood2...
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