jueves

Vida y Milagros de Lord Velasco

Quinquis de los 80



El CCCB ha vuelto a dar la campanada con la que promete ser una de las exposiciones más interesantes de este año, la dedicada a la figura del quinqui, personaje que se convirtió en un auténtico icono en los años 80 a través del cine, la prensa y la música. Como en otras ocasiones, el CCCB revisa nuestra historia reciente sin caer en el cliché y el oficialismo, antes bien, hurgando en aquellos temas que todavía no han sido analizados con la atención merecida. En el caso de los quinquis, la atención está más que justificada debido a la importancia que tuvo dicho tipo de delincuente. Su presencia e influencia, que fue retroalimentada por el cine y la prensa más sensacionalista, produjo un gran malestar en la sociedad española de la época. Su popularidad no admite dudas: entre 1978 y 1985 se produjeron 30 películas en torno al mundo de la delincuencia juvenil, algunas de las cuales se mantienen entre las películas más taquilleras de nuestra historia; los titulares y artículos de la época fueron incontables; la música dio cuenta de un nuevo y exitoso estilo al que sirvieron grupos como Los Chichos, Los Chunguitos, Los Golfos o Las Grecas; el cómic ayudó a establecer la representación visual de la figura del quinqui e incluso la lengua se enriqueció con el acuñamiento de no pocas palabras, tales como apalancarse, bujarra, pluma, trullo, canuto, cepillarse, colega, chapero, comerse un marrón, estar en la onda, estar puesto, mono, pasota, rollo, talego o yonqui. La lista completa, todo un maravilloso diccionario quinqui, es uno de los platos fuertes de la exposición.



Quinquis de los 80”, comisariada por Amanda Cuesta y Mery Cuesta, es un extraordinario recorrido por la llamada picaresca negra de la transición (en magníficas palabras de Eloy Fernández Porta). Partiendo de las películas más famosas del subgénero, de títulos como “Colegas”, “El pico 1 y 2”, “Perros callejeros” o “Deprisa, deprisa” que están acompañados de un atractivo plantel de carteles, fotografías y pressbooks, la exposición ataca el fenómeno quinqui desde todas sus dimensiones sociales. Especialmente relevante es el análisis del entorno urbano, el florecimiento de un urbanismo marginal que hizo de barrios como La Mina en Barcelona, San Blas en Madrid u Otxarkoaga en Bilbao el fértil semillero de los futuros quinquis. Barrios sin servicios, desarraigados y en los que el paro y la droga se cebarían malditamente. Pero la sección más celebrada quizá sea la que analiza las nuevas formas de ocio que vio nacer la cultura quinqui: la recreación de una sala de recreativos donde truena la música de un jukebox con casetes de gasolinera es todo un momento estelar.


Quinquis de los 80” es una exposición que se recordará por la pertinencia de sus planteamientos, por la originalidad de su tema, por la brillantez de su puesta en escena y por la influencia que arrastrará consigo. El catálogo es una joya, vistosa y obligada.



Otra muestra de cultura alternativa

analizada con perspectiva

por

Lord Velasco

(quinqui en los 80, aristocrata en los 90)

4 comentarios:

ElCanicheDeLadyMagenta dijo...

Muy muy interesante. ¡Anda que no me ha dado la brasa la Gemma con la puta exposición!!! Se ve que se sintió very identificada jijiji

lord velasco dijo...

Gemma se lo pasó pipa entre tanto cassette de gasolinera.

Lady Magenta dijo...

Me lo pase mas pipa con todo lo relacionado con el cine de aquella epoca,aunque las cassettes y las maquinitas tp estaban nada mal,por cierto Lord,ya estoy casi terminando con lo que tu ya sabes,en unos dias te llamo y te comento.Un besazo ;)

lord velasco dijo...

Espero tus zurriagazos!!