Biblioteca básica de literatura clásica

Lengua Asesina se complace en presentar

el debut en nuestro blog

de la siempre glamurosa y casi nunca ostentosa

Lady Magenta

(nacida para gastar)

14 ciutats comtan-hi Brooklyn (Quim Monzó, 2004)

Todos queremos ser "lo más de lo más" tener un coche más potente y más chulo que el de nuestro cuñao, tener un Dvd con más botones y aplicaciones que el del vecino (aplicaciones que la mayoría no pondremos jamás en práctica o bien porque no sirven para nada o por la perrería de leernos el manual ) pero con más botones y más lucecitas, más caro al fin y al cabo, que es de lo que se trata.

Y uno de los mandamientos de esta religión consumista a la cual rendimos culto, nosotros, pequeños-burgueses, es el de " Viajarás a donde sea, no importa el país a donde vayas, ni que no sepas encontrarlo en el mapa, la cosa es viajar ". Y como la gran mayoría de los pequeños-burgueses solemos andar con el monedero tieso, no paramos de darle al coco todo el año para resolver la siguiente cuestión: ¿cómo visitar el mayor numero de ciudades en el menor tiempo posible y sin gastar mucho dinero?

Quim Monzó y su libro “ Catorze ciutats comptant-hi Brooklyn” pueden darnos la solución... Ir de aeropuerto en aeropuerto sin pisar la ciudad para así ahorrarnos el dinero y, de paso, toda esa serie de problemas intrinsecos a todo viaje, como mezclarnos en el metro con los lugareños pobres y feos, dormir en hoteles infestados de cucarachas, comer en restaurantes situados en callejones oscuros a riesgo de que nos quiten la cartera, la cámara de fotos y hasta la virginidad (aquellos que aun la conserven) que tantos quebraderos de cabeza nos ocasionan.

Además en los aeropuertos podemos encontrar 1000 tiendas para surtirnos de toda clase de postales de los monumentos más importantes de la ciudad, vídeos, camisetas y souvenirs horrendos para regalar a nuestros seres queridos sin que ellos se den cuenta de nuestro inteligente plan.
Para empezar nuestro viaje podríamos ir al aeropuerto de Roma. Parece ser que los restaurantes de dicho aeropuerto no tiene nada que envidiar a los de la ciudad puesto que su carta es de lo más variada y exquisita. En sus tiendas también podemos encontrar toda clase de productos típicos de la gastronomía del país. También tenemos la posibilidad de comprar una delicada figurita de cristal de Murano con la que quedaríamos como reyes regalándola a nuestras mamás o suegras, para el suegro o para el jefe podemos comprar una corbata en cualquiera de las tiendas de corbatas italianas del aeropuerto, o unos afamados zapatos italianos( consultar presupuesto).

Dicen que “ Roma bien vale una misa”, pues no hay problema porque su aeropuerto dispone de una capilla en la que podremos ir a misa y al acabarse la ceremonia comprar en cualquier tienda un platito del Papa, un rosario, llavero, medallita… ( consultar presupuesto).
Para los padres de familia un buen destino podría ser el aeropuerto de Copenhaguen. El autor nos cuenta que dicho aeropuerto es un paraíso para los pequeños de la casa puesto que en sus instalaciones cuentan con las mejores zonas de juego para ellos, librerías con una enorme sección infantil e incluso w.c. solo para niños.

Y mientras nuestros hijos se divierten podemos acercarnos a la zona de restaurantes. En el bar Take off nos ofrecen un servicio de lo mas curioso, el “ The last coin beer” en el que hay una maquinita donde tecleas la calderilla de moneda del país que te queda en el bolsillo ( no se si hoy en día seguirá funcionando con el tema € ) y un surtidor te sirve la cantidad de cerveza que te toca con tu presupuesto, ¿curioso, no? .

Sin ninguna duda el mejor de los souvenirs que nos podemos traer de aeropuerto de Copenhaguen es ¡¡¡¡¿¿¿ una langosta viva???!!!!, que podemos adquirir en el mismo bar. Cómo llevarla a casa es otro problema…. Y después de tomarnos la cervecita o uno de los deliciosos entrecots que según el autor podemos degustar, tenemos la posibilidad de echar una siestecita o un kiki en una de las habitaciones por horas de los hoteles del aeropuerto danés. Si viajamos sin niños uno de los destinos a tener en cuenta podría ser el aeropuerto de Frankfurt .
A parte de comernos una buena salchicha, si disponemos de 17 marcos (a.d.€) podemos acceder a uno de los sex-shops con los que cuenta dicho aeropuerto: el Dr.Müller`s ,equipado con seis cabinas individuales, 32 canales de películas y, tras un torniquete, una sala de proyección (con derecho a consumir 3 cervezas con la entrada).

Pero si no estamos preparados para emociones tan fuertes podemos pasar el rato moviendo el esqueleto en la pista de la Dorian Gray , la discoteca del aeropuerto y hacer amigos.

¡¡¡ Chimpún !!!