domingo

Clásicos de Hoy y de Siempre

Fantástica Serie B


He aquí dos peliculitas que jamás figurarán en ninguna antología del género fantástico pero que disfrutan de un pequeño nombre entre los aficionados por tratarse de dos auténticas anomalías cinematográficas en el contexto de la época que se realizaron. Me refiero a los primeros años 80. Por aquella época los modelos a imitar eran otros: o bien la superproducción de ciencia ficción que habían puesto de moda George Lucas y Steven Spielberg o bien el cine de psicokillers que buscaba repetir los éxitos de, entre otras, “La matanza de Texas”, “La noche de Halloween” y “Viernes 13”. Es decir, la serie A miraba a la ciencia ficción y la serie B tiraba de la casquería.

“Q. La serpiente voladora” y “Muertos y enterrados” son dos muestras de cine pequeño pero de imaginación regocijante.

La primera, de bello título, fue dirigida por Larry Cohen en 1982. Posiblemente se trate de su película más duradera, una inesperada bizarría sobre la aparición del dios azteca Quetzacoatl que, bajo la piel de un reptil volador, siembra el pánico entre los habitantes de Nueva York a los que gustosamente se zampa. Como en todo film de bajo presupuesto, la acción se mete en el ajo al momento. Y, aunque los personajes son un poco penosos, las imágenes del bicharraco sobrevolando Nueva York se clavan en la retina. Tienen el encanto mágico de las criaturas de Ray Harryhausen.

Aparentemente menos vistosa pero de guión mucho más interesante es la película que Gary Sherman dirigió en 1981 con el título, asimismo bello, de “Muertos y enterrados”. El libreto fue escrito por Dan O’Bannon y Ronald Shusett, espléndido tándem de guionistas que acababa de firmar la inolvidable “Alien” y que, también por aquellas fechas, ultimaba la escritura de una película que tardaría casi una década en ver la luz: “Desafío total”. O’Bannon y Shusett se sacaron de la manga un relato apasionante ambientado en un pueblo atestado de zombis en una época en la que los muertos vivientes, cinematográficamente hablando y dejando aparte la cabezonería de George Romero, llevaban años enterrados en el olvido. Aquí se desentierran con discreción y elegancia –nada que ver con el triperío habitual- y traen consigo una memorable pirueta de guión que, muchísimos años después, sería recordada por el Shyamalan de “El sexto sentido” y el Amenábar de “Los otros”.

Otra muestra de arqueología cinéfila

sin base científica

a cargo de

Lord Velasco

(de estirpe artística)

4 comentarios:

Lady Magenta dijo...

Yo es que soy muy jiña.... :s

lord velasco dijo...

Si eres capaz de ver Física o Química podrás con la de Muertos y enterrados (que, para colmo, empiezan igual: se ve un tipo haciendo fotografías en una playa cuando se le cruza una desconocida. "¿Me haces una foto?", le pregunta ella. El tipo le dice que sí y justo cuando va a disparar la foto, la mujer se quita de sopetón los pantalones y las bragas. "Así quedará mejor", dice ella).

Lady Magenta dijo...

Estais enfermos ¬¬

Rizostxungos dijo...

aversinosactualizamossssssss