COSAS QUE HACER CUANDO NO TE INVITA CAROLINA
Estimados lectores, qué más hubiera querido yo que haber podido colarme en el Baile de la Rosa, celebrado en Mónaco el pasado fin de semana, para contaros de primera mano si Ernesto de Hannover acabó pidiendo que alguien le hiciera un 'Suck it to me', before dinner o after dinner. Por desgracia, mis contactos no alcanzan a tanto, aunque no pierdo la esperanza de que dentro de unos años, la troupe del señor de las gafas demos el cante por todo lo alto en el Sporting Club de Montecarlo. Eso sí, previo paso por las manos del cirujano de Bibiana Fernández. Ese sí que es un artista.
En vez de tan glamourosos menesteres tuve que conformarme con la ración semanal de cine y alguna que otra alegría que os relato a continuación.
La noche es nuestra (James Gray, 2008)
Nueva York, 1988. Un nuevo tipo de droga ha invadido la ciudad, seguida por la más feroz oleada criminal que se recuerda. Superada en número de efectivos y en armas por los nuevos gángsteres, la policía pierde de promedio a dos de los suyos cada mes. Bobby Green (Joaquin Phoenix) se ve atrapado en el fuego cruzado. Por un lado, es el encargado de una discoteca situada en Brighton Beach frecuentada por criminales y por otro, su padre y su hermano son jefe y teniente de policía respectivamente. Bobby deberá decidir de qué lado está.
La película, que fue presentada en la pasada edición del Festival de Cannes, está dirigida por James Gray, y cuenta con la interpretación de Joaquin Phoenix, Mark Wahlberg, Eva Mendes y Robert Duvall.
Tras los excelentes momentos cinematográficos que de la mano de Coppola y Scorsese, entre otros, nos dio la mafia italiana, en los últimos tiempos parece que sus compañeros rusos van tomando el relevo. Si hace pocos meses disfrutamos de la excelente Promesas del este, de David Cronenberg, ahora nos llega esta La noche es nuestra, tercera película que su director, James Gray, dedica a las relaciones entre familia y crimen tras Cuestión de sangre (1994) y La otra cara del crimen (2000). Alejada de la violencia seca como un puñetazo en la boca del estómago del espectador y de la complejidad narrativa de múltiples capas que ofrecía Cronenberg, la peli de Grey intenta emular a los clásicos con un pulso firme y un tono mesurado que huye de los giros inesperados y deja claro desde el principio el destino inexorable de los protagonistas. He leído en algún lado que el director tomó prestada la estructura dramática de Enrique IV, de Shakespeare, y aunque La noche es nuestra se encuentra a años luz de la intensidad dramática del bardo inglés (a la que sí consiguió acercarse Coppola con la saga de El Padrino), se deja ver con facilidad. Lo único molesto (además del fallo de raccord con las medias de Eva Mendes en la primera secuencia de la película), es la tendencia de Joaquin Phoenix a confundir intensidad dramática con gesto circunspecto. Un error que arrastra desde hace tiempo y que evita que llegue a bordar sus, por otra parte, buenas interpretaciones.
Y ahora permitidme que me ponga petarda y os recomiende un cartoon muy divertido que sorprendentemente pasó sin pena ni gloria por los cines y que ahora vuelve a tener una segunda oportunidad en el videoclub.
Shoot 'Em Up (Michael Davis, 2007)
El Sr. Smith (Clive Owen), un misterioso y solitario pistolero, se interpone involuntariamente en un extraño complot cuando intenta ayudar a una embarazada y rescata a su bebé de una muerte segura. Para alimentar a su pequeño protegido, el Sr. Smith contará con la ayuda de una prostituta llamada DQ (Monica Bellucci). Ambos son desde ese momento el objetivo de una peligrosa organización cuyo brazo ejecutor son Hertz (Paul Giamatti) y su banda, que no repaparan en medios para acabar con el bebé.
Hacía tiempo que no me reía tanto con una peli de acción. Además de los tres protagonistas de relumbrón, el film cuenta con un guión lleno de ritmo, escasos diálogos y sobretodo mucho humor. Eso añadido a que dura escasos 87 minutos, hace que el metraje pase en un suspiro y te deje con una sonrisa de oreja a oreja. El argumento es tan sólo una excusa que Davis utiliza para crear un híbrido que combina la acción y la mala leche del tándem Tarantino/Rodríguez y el ritmo y la socarronería de Tex Avery en los cartoons de Buggs Bunny. Porque en realidad, el Sr.Smith es el conejo comezanahorias hecho carne (de 1ªcategoría), le acompaña una Bellucci hecha a imagen y semejanza de Jessica Rabbit y, como no podía ser de otra manera, son perseguidos por Elmer Gruñón, aquí en la piel de Paul Giamatti. Ideal para animar cualquier tarde aburrida sin otra pretensión que la de pasar un buen rato. Y no os perdais los títulos de crédito del final, un homenaje cachondo a los clásicos créditos de James Bond. A ver si de una vez por todas los productores de la serie se dan cuenta de que Owen sería el perfecto 007.
Y para acabar dejadme que cite a mi adorado rizoschungos (ese gurú del motor que nos ilumina con su sabiduría desde las páginas de un conocido diario), para describir la alegría que me produce ver a mi idolatrado Valentino Rossi de nuevo en el podio y acompañado de su digno sucesor, Jorge Lorenzo.
Porque “será irreverente, se dará aires de sobrado, muchos lo considerarán un prepotente, un chulito, un bravucón, un arrogante, pero Jorge Lorenzo es grande. Novato, pero enorme.” Dos grandes premios y dos poles consecutivas, lo que le convierte en el mejor debutante de la cilindrada reina. Lástima que la victoria (aburrida) de Pedrosa nos privara de ver el baile que el balear tenía preparado con el Chikilicuatre para celebrarlo si ganaba. Otra vez será. Aún queda mucho mundial.
Otra muestra de petardeo todoterreno
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Pussy Deluxe