Después del éxito de su álbum debut Someone to Drive you Home (2006) y de ser proclamados la mejor nueva banda de Reino Unido por The Guardian y Vogue ese mismo año, The Long Blondes vuelven a la carga con Couples. Los chicos de Sheffield afinan su reventón sonido bajo la batuta del dj y productor Erol Alkan (Klaxons, Hot Chip, Justice, Daft Punk) y, aunque siguen siendo fieles a sus influencias (The Ramones, Pulp, The Smiths, Blondie...), ahora se permiten guiños al pop más bailable. Estamos de enhorabuena porque Portishead y Death Cab For Cutie también sacan disco este mes. ¡A disfrutar, que no sólo de Madonna viven los fans de este blog!
“Psico Soda” y “Diez dedos”
A pesar de lo decepcionante de la visita al último salón del cómic (ni punto de comparación con nuestras frikiexcursiones al triángulo de las Bermudas), encontré dos perlas dignas de mención: “Psico Soda” y “Diez dedos”.
El primero es obra de Carlos Vermut, que ganó el premio Injuve 2006 con “El banyan rojo”. “Psico Soda” es un álbum con trece historietas cortas deliciosas, repletas de esa realidad cotidiana de la sociedad de la información en la que estamos inmersos, filtrada por el tamiz de un humor macabro y desconcertante. Una pequeña joya, vamos.
“Diez dedos”, por su parte, es un relato de género negro con muchos ingredientes de thriller, gore, humor y acción que narra una terrible venganza entre dos familias mafiosas rivales en el Nueva York actual. La gracia reside en que se compone de diez capítulos, cada uno de ellos realizado por un dibujante diferente, y cuyo hilo conductor es una mano amputada. El prólogo corre a cargo del dibujante Alfonso Azpiri y las historias son obra de Christian Suárez, Alfonso Salazar, Álvaro Núñez, Saeta, Álvaro Muñoz, José Luis Martínez-Larraz, Enrique Lorenzo, David Hueso, Carlos Díaz, Colo y Deme.
Otra recomendación de corazón
a cargo de
Pussy Deluxe

Si queréis ver una de polis, y encima reiros y pasar un buen rato, os recomiendo “Arma Fatal (Hot Fuzz)”, que acaba de llegar a los videoclubs y es de los mismos creadores de “Zombies Party”. Está protagonizada por los humoristas británicos Simon Pegg y Nick Frost, a los que acompañan actores como el oscarizado Jim Broadbent y Timothy Dalton (ex 007).



Dicho esto, debo advertiros de que el cartel de la película es de esos que invitan a salir corriendo. Tampoco los protagonistas, Jack Black y Mos Def, son de aquellos actores que justifiquen hacer cola en los Verdi rodeado de los Bohemian Fashions que pululan por el lugar. Pero si detrás de las cámaras está un tipo tan interesante como Michel Gondry, a la película hay que darle, por lo menos, el beneficio de la duda. Este hombre, además de perpetrar el anuncio más laureado de la historia (Drugstore, de Levi's, 1994), y de realizar auténticas joyas en formato de videoclip para gente como Björk, Beck y Daft Punk, es el creador, junto a Charlie Kaufman, de esa maravilla titulada Eternal Sunshine of the Spotless Mind, aquí titulada Olvídate de mi. La única película que me ha hecho olvidar, durante unos momentos, la aversión crónica que siento hacia ese engendro llamado Jim Carrey.
Por desgracia, no puedo hablar igual de bien de Fuera de carta. El debut cinematográfico de Nacho García Velilla, director de series como Aída y Siete vidas, esta plagado de personajes estereotipados, topicazos y lugares comunes. Para que os hagáis una idea: Javier Cámara interpreta a un chef con más puntos para obtener el premio a locaza del año que a la estrella Michelín; su mejor amiga, Lola Dueñas, es una mariliendri desesperada porque alguien se la folle y la quiera, a poder ser, por este orden; y el rabo por el que ambos suspiran es el de un ex futbolista, argentino, of course, al que da vida Benjamín Vicuña. Si os digo que también aparece Fernando Tejero, seguro que adivináis que interpreta al pinche de cocina quinqui pero de buen corazón, y que Chus Lampreave no podía ser si no la madre del prota, cegata y retrógada, pero eso sí, muy entrañable. Vamos, que en el cartel deberían poner un aviso: abstenerse los mayores de 10 años y menores de 60 que no se rían con el humor del estilo Escenas de matrimonio. 

Reza un antiguo adagio (bueno, no sé si era un adagio o una polka) que no hay temas nuevos, sino formas nuevas. En "El territorio de la bestia" todo es viejo, tema y forma, pero están tratados con tal alegría que la película se ve con agrado. La cinta de Greg McLean hace de la modestia, virtud: empezando por su duración, siguiendo por sus actores y acabando por su guión tan falto de digresiones. Realmente, han vuelto los 70 y no sólo en el terreno de la música: ver "El territorio de la bestia" es como hacer un viaje al pasado, un pasado donde cabían películas como las de McLean y no sólo las exageradísimas, y aburridísimas, películas de género actuales.
Después de ver "El territorio de la bestia" sentí unas tremendas ganas de ver una nueva película fantástica y, a ser posible, que esta sí fuera realmente moderna. Así que me lancé como un loco al disfrute de "El cerebro de Frankenstein", pero… ¡qué decepción!. No puedo adjetivar de otra forma la sensación que me ha producido ver esta película de Fisher, lo que me resulta especialmente doloroso teniendo en cuenta lo mucho que me gusta Fisher y la estética Hammer. Y aunque la estética de la productora siga luciendo esplendorosa en la cuarta película de la saga Frankenstein, la película aburre un montón por culpa de un guión ñigui ñigui, casi siempre inverosímil y tan solo sugestivo en lo que refiere al personaje de la Señora Brandt. La realización de Fisher sorprende por su supuesta modernidad: montaje muy picado, alguna cámara en mano, angulaciones extrañas y, con frecuencia, contrapicados. Pero se trata de una modernidad que aquí casa poco, creo yo. En cuanto a Peter Cushing, de él solo se pueden decir alabanzas, como siempre. Una de las características más notables de la serie es que la personalidad del barón se va mostrando con una u otra luz en cada película. El Frankenstein de la cuarta película es, sin duda, el más desagradable de todos: es asesino, es chantajista y comete una violación. Pero incluso ese aspecto tan interesante de la serie está poco logrado en "El cerebro de Frankentein" por culpa de su guión: de hecho, el puntito sexploitation de la Hammer nunca me había molestado antes pero aquí, con la violación que comete Frankenstein, me ha parecido de un ridículo supino. Definitivamente, Bert Batt estaba lejos de ser Jimmy Sangster.
Los individuos localizados pertenecen a la especie Anodonta cygnea y son adultos. Se estima que podrían tener entre 10 y 20 años. Las conchas de estos moluscos son ovaladas y de coloración marrón y verdosa. Estas náyades, que son una especie protegida, pueden encontrarse en el estanque de Bañolas, en el tramo bajo del Ter y en las cuencas del Muga y del Rec Madral, en Calonge (Gerona).
Ingredientes:
2. En el mismo wok se sofrie un poco el curry, la cúrcuma. También el ajo, el jengibre y la galanga préviamente machacado. A continuación la leche de coco.
3. Se mezcla bien y se reduce hasta que la salsa esté homogénea, y se rectifica de sal al gusto. Se adorna con sésamo negro.
4. Se pela el plátano y se guarda la piel, se corta el plátano en rodajas de 2 cm de grosor.
5. Se frie en aceite de girasol 1 minuto por cada lado.
6. Se retira del fuego y se aplasta las rodajas con la piel del plátano. 
7. Quedan como unas galletas.
8. A continuación de dorán de nuevo en la sartén para que queden crujientes por fuera. Se le añade sal al gusto.
Los ingredientes del curry varian dependiendo del pais y de la zona donde se prepare. Algunos currys se preprapan con limonero, coriandro, comino, semillas de mostaza, pimientas negra y roja, cúrcuma y, en algunos casos, canela, clavo y cardamomo. Todos estos componentes se secan y muelen hasta obtener un polvo fino.
-7321979105278-02.jpg)
Lo nuevo de Gondry y Arcand me hace albergar mejores esperanzas cinéfilas de cara a la semana que viene.
El pasado miércoles comenzó en La 2 la segunda temporada de Muchachada Nui. Una noticia estupenda que prueba que aún queda alguien en TVE con inteligencia y generosidad suficientes como para programar algo que podamos ver los menores de 60. Esta pandilla de mutantes (Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Raúl Cimas y Julián López), que ya nos hicieron delirar con La Hora Chanante, crean afición y adicción por el humor marciano e inteligente. Vale que el primer programa fue flojito, pero sólo recordar momentazos como la pelea entre la mujer de Spielberg y la de Lars von Trier; o el Mundo viejuno dedicado al paso del analógico al digital; sin olvidar testimonios como el de Björk, Courtney Love o Bono, me hacen confiar en que también nos regalarán algunas perlas esta temporada.
De vez en cuando, los de La Coixa tienen buenas iniciativas e invierten parte de sus ingentes ganancias en algo que podemos disfrutar la chusma trabajadora. Este ciclo de conciertos es una buena muestra de ello. Cada jueves, del 3 de abril al 15 de mayo, a las 20.00h., en el auditorio de La Pedrera, un grupo de la escena musical independiente de Barcelona toca parte de su repertorio durante una hora. Comenzó El Guincho, le siguieron el pasado jueves Evripidis & His Tragedies, y continuarán Le Pianc, Thelemáticos, Bèstia Ferida y Cuchillo. A rizostxungos y a mí, nos flipó Evripidis, un dandy ateniense afincado en Barcelona, que crea melodías que a nosotros nos recordaron a la melancólica alegría de Belle & Sebastian. (Por cierto, para mi próxima vida me pido la melena pelirroja de Marisol, que le hacía los coros). Pues eso, buen música, gratis, y “en un marco incomparable”. Sólo hay una pega, el aforo es limitado y tenéis que reservar. Pero como vuestra Pussy es un cielo, ahí va el teléfono: 902 400 973.
Fire cuenta el asombroso viaje de un joven a través de los entresijos del espionaje internacional y está inspirado en hechos relacionados con el Servicio de Inteligencia norteamericano ocurridos durante el mandato de Ronald Reagan.
En NXY Joe Quesada va un paso más allá de lo que habitualmente se venía haciendo en la Marvel al explorar la condición mutante lejos de la sombra del Instituto Xavier. Quesada toma como escenario para esta historia la ciudad de Nueva York, y lo hace adaptando el Universo Marvel a las problemáticas reales de los USA (y el resto del mundo): violencia descontrolada en los institutos, mafias organizadas de explotación sexual, bandas callejeras, racismo, miedo a lo desconocido... Combinando todos estos factores de manera excelente con el habitual temor a los mutantes.
Se habla, y mucho, de que las series estadounidenses están atravesando una especie de edad de oro pero se habla muy poco, o más bien nada, de la edad de oro que atraviesa la música hecha en España. Como un meteoro fulminante destaca Parade, cuyo "Todas las estrellas" es un álbum espléndido. "Todas las estrellas" no tiene desperdicio: se diría que sus letras son inevitables, al igual que sus melodías. Confieso mi predilección por la de "Estación Central" de la que un amigo me dijo que era algo así como la respuesta a una conocida canción de Bowie. Yo no tenía ni idea.
Otro interesante disco es el de Algora, diría que se trata de su debut. Ignoro lo que había hecho Algora antes de este disco tan poblado, como el de Parade, de letras sustanciosas. Hay quien gusta de escuchar a Algora porque se lo imagina follando. Como ese no es mi caso, diré que me gusta el sabor agridulce que destilan sus canciones ("Tengo planes de verano y tú no estás a mi lado", dice uno de los más memorables estribillos). En Youtube se pueden ver los vídeos de "Planes de verano" y "Paraguas": a mí me hubiera gustado un video del tema "Cucarachas".
Nunca se había mostrado más terca mi mula que a la hora de descargar este inencontrable disco de Tamara, después Ambar, después Yurena. Eso demuestra que hay muy poca gente que lo tenga, ni siquiera en un triste disco duro. "Tamara Superstar" fue hecho por gente con sensibilidad camp, como algunos miembros cercanos a la órbita de Canut y Alaska (Bazoka Nut, Lucho Prosper, Luis Míguelez, el mismísimo Carlos Berlanga). O se es cómplice de esa sensibilidad camp o difícilmente se disfrutará. Entre todos los temas destacaría el de "Vete a la porra", sin duda una de las mejores canciones del repertorio Tamara-Ambar-Yurena.
Un fenómeno curioso: la moda de los estampados de imágenes o carteles de películas en camisetas (la última la pude ver esta semana en Zara: The Godfather). Otro fenómeno curioso: entre esas camisetas, son las de "La naranja mecánica", "Taxi Driver" y "Scarface" las más exitosas (la más extraña, pero quizá la más atractiva, sea la de "El hombre con Rayos X en los ojos"). "La naranja mecánica" y "Taxi Driver" me importan un bledo, pero mi pregunta es ¿por qué "Scarface"?. ¿Qué está llevando a convertir ese film en un producto pop?. ¿Al Pacino?. ¿Brian De Palma?. Me atrevo a decir que ni una cosa ni la otra, porque si no sería mucho más pertinente que se hicieran camisetas con la imagen de Pacino en "Atrapado por su pasado", un film de ambos muchísimo más memorable. Y si se tratase de una especie de fervor popular por De Palma, cosa que dudo, "Scarface" no tendría nada que hacer al lado de "Carrie" o "El fantasma del paraíso", sus dos films más pop (por no citar la alucinante "Femme Fatale").
Recuerdo que la primera vez que entré en una de las librerías (no recuerdo el nombre) del Boulevard Saint Michel me hizo mucha gracia encontrar, en edición de bolsillo, la serie de comics de Adele Blanc Sec que yo había leído en mi niñez. Me quedé con ganas de comprarlos y no pude resistirme a hacerlo en mi segundo viaje a París. La serie de Adele Blanc Sec (del que "Momies en folie" es una de las más conocidas aventuras) tiene un fuerte sabor fantasmal: de ninguna otra manera puede describirse una serie de aventuras en las que se trata París con auténtica sensibilidad anglófila, con ese gusto por lo fantástico en forma de momias, desapariciones, escenarios tenebrosos, crímenes y casos sin resolver. En las páginas de "Momies en folie" aparecen el Museo de Historia Natural, el Louvre, el Pont Neuf, el Pere Lachaise... permiten la nostalgia en suma. Y, por si eso fuera poco, permiten practicar francés.
Espléndida recopilación de ensayos donde Sontag hace gala de una mente incisiva y una honda erudición. Destacaría las páginas dedicadas a Leni Riefensthal, Walter Benjamin y Elias Canetti. El libro se lee con fruición, además de por el interés de los temas tratados, por el poderoso estilo de Sontag. Por mi parte, seguiré leyendo a Susan Sontag.