martes

El Rincón del Cinéfilo Caliente



Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (Steven Spielberg, 2008)

Supongo que como la mayoría de vosotros, me planté ante la pantalla del cine con una mezcla de excitación y temor. Lo primero, porque el señor Spielberg ha tardado 19 años en volver a ofrecernos otra aventura del carismático Dr. Jones. Y lo segundo, por el aciago recuerdo de lo perpretado por el señor Lucas con la segunda trilogía de las galaxias. Pero todo desapareció tan pronto como las luces de la sala se apagaron y comenzó la película, porque por suerte, Spielberg es infinitamente mejor director que Lucas, aunque a este último le debamos pleitesía por sus grandes ideas.


La primera imagen de la película es toda una declaración de intenciones. Esa montaña del logotipo de la Paramount, convertida en icono del universo Indiana Jones desde 1981 por En busca del arca perdida, se transmuta en un divertido guiño y en un aviso para los fans de la saga: Spielberg saca al personaje del pedestal en el que la historia del cine lo había colocado y nos invita a divertirnos de nuevo con él, a que le perdamos el respeto que como clásico merece y a que recordemos el humor y la ironía que trufaban las aventuras que nos hicieron amar la saga.
A partir de aquí, todo es puro goce cinematográfico. Acción, aventuras y humor. Todo encaja con precisión, como en la maquinaria de un reloj suizo, porque si Eastwood es el último de los directores clásicos, Spielberg es el mejor de los neoclásicos y controla en todo momento el tempo del espectador. Sólo un ejemplo, fijáos en la presentación de Indy: primero vemos el sombrero (otro icono), luego al hombre que es arrojado al suelo y, por último, vemos, a través de su sombra, cómo se yergue y se cala el sombrero mientras de fondo suena el Raiders March del maestro Williams. El héroe a vuelto. Si eso no es cine clásico, que baje Dios y lo vea.
Por no hablar de la entrada de Henry Jones III, que emerge entre las brumas de un tren sobre una moto emulando al Marlon Brando de Salvaje. ¿Se puede decir más de un personaje con tan sólo una imagen? A eso le llamo yo economía narrativa, una asignatura que muchos directores actuales tienen pendiente.










*


En resumen, que supongo que todos la habéis visto y no es cuestión le alargarse en demasía, 123 minutos en los que vemos a Indy descubrir el secreto que se oculta tras las construcciones mayas, mientras se enfrenta a la madurez y a una paternidad inesperada. No era fácil el reto que tenían ante sí Spielberg y Harrison Ford, mostrar a un héroe maduro, que por fuerza ha de sufrir los estragos del paso del tiempo y no sólo en el plano físico. Este Indy es un héroe cansado y mosqueado con un gobierno que, tras los servicios prestados, es capaz de incluirlo en una lista negra que le impide dar clase en la universidad. El mismo gobierno que realiza pruebas nucleares en suelo americano (resulta simbólico ver cómo se desintegra ese idílico pueblo digno de todo sueño americano y no lo es menos la imagen del héroe frente al hongo atómico), oculta pruebas de la existencia de vida alienígena (la conexión Roswelliana es evidente) y hostiga, vía FBI, al condecorado coronel Jones, hasta que este decide emigrar a Europa con la esperanza de poder impartir clases en Leipzig. Estamos en 1957, y tanto Indiana Jones como los Estados Unidos han perdido su inocencia. Y sin embargo, gracias al saber hacer de Spielberg, todo este contexto fluye de manera natural, sin lastrar en ningún momento la aventura, ni perder de vista que como buen film ideado para todos los públicos, debe tener dos niveles de lectura, uno sencillo para que los más pequeños disfruten con la aventura y otro, para que los adultos no se aburran entre persecución y persecución.

En fin, larga vida a Spielberg y a ese impagable Harrison Ford, otro clásico que hace bueno aquello de “quien tuvo retuvo”. Estupendo también reencontrar a Marion Ravenwood (Karen Allen), la mejor de todas las chicas Jones, y muy bien también Shia LaBeouf como pendenciero retoño del aventurero. Y por último, Cate Blanchett, limitada y encarcarada en su papel de Irina Spalko, a la que Spielberg convierte en una nueva Eva, castigada como aquella por querer acceder al conocimiento. “Quiero saber, quiero saber”, repite a modo de mantra la pobre Irina mientras el cabrón del alienígena le quema los ojos. No, si al final resultará que la mujer está condenada a la ignorancia hasta el infinito y más allá. Menos mal que sólo es una peli de aventuras y, como el resto de su trama, no hay que tomársela en serio.

Otra polémica opinión escrita con devoción

por

Pussy Deluxe

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Uy, Pussy!. Me temo que lo de la polémica opinión con que Lengua Asesina ha presentado tu post se debe a que ya se ha enterado cómo se tomó la mayoría de nosotros la cuarta aventura de Indiana Jones... A mí me está sucediendo una cosa: me está gustando más recordándola que mientras la estaba viendo (quizá porque el recuerdo engaña, malea, transmuta, convierte, falsea, imagina).

Hubieron cosas que me parecieron excelentes: la presentación de Indiana como, bien has dicho, un héroe cansado; el arranque en el desierto de Nevada y las primeras secuencias en la universidad; la secuencia del cementerio de Perú... Pero...

A pesar de que Spielberg no ha perdido un ápice de su punch (me recuerda a Hitchcock y a Fellini en un sentido: su mirada es la de un músico; un día que pueda lo intentaré demostrar), la película me parece un poco deslavazada, aburrida por momentos y, lo que es peor, inverosímil. No lo digo por el controvertido final, que a mí me parece pertinente (y caro a la imaginería de su director), sino a las situaciones tan rocambolescas que plantea el guión: por momentos convierte en seria a "Indiana Jones y el templo maldito".

Spielberg debería dejar de encargarle libretos a David Koepp: no debe ser casualidad que su firma se encuentre detrás de algunas de sus peores películas ("Parque Jurásico", "El mundo perdido", "La guerra de los mundos"). Casi parece mentira que Koepp escribiese la extraordinaria "Carlito's way" de Brian de Palma.

En cuanto a la escena de la persecución en la jungla, uff, para mí es la más discutible y la que más juego da de cara a un posible post sobre la evolución de Spielberg & Lucas, sobre la evolución tecnológica y sobre la muerte de la fantasía. Es un tema que me interesa mucho y del que intentaré hablar en un post en cuanto tenga tiempo.

Saludos!!!

Anónimo dijo...

pues vamos, qué decir después de haber hablado Lor Velasco y Pussy... Pero bueno lo intentaré.
Yo fui al cine con muchas ilusiones porque Indiana Jones, siempre me ha encantado,pero salí de allí un poco noqueada. No sé, el principio prometía mucho, y ya esperaba ver una película de aventuras, dinámica, entretenida, etc, pero no ocurrió así.
A partir de la primera media hora, la película empieza a mi entender a decaer.El misterio de la calavera, al final ya cansa tanta explicación y cuando te das cuenta de qué va, te tiras de los pelos. Segundo, que mezclar a ET, la guerra de las galaxias, Tarzán (la escena de los monos me pareció lo peor) y la Gran Marabunta (ahora no sé si se escribe así)con Indiana Jones, lo encuentro demasiaó pal body.
Y lo peor, que yo esperaba encontrarme a un Indi seductor, aunque mayor, ligón, y no un abuelete que ya no está pa ná,ni para ligar, y que por eso le acaban endosando a la abuelilla, que ya tiene en el bote, sin hacer esfuerzos... ohhhh!!! qué desilusión.
Pero bueno, lo positivo, que a ratos me divertí, (creo que más, riéndome con chichí, de lo subrealista de algunas escenas)y que intentó mantener la esencia de Indi aunque modificada.

Anónimo dijo...

A saber:
1) Señorita Pussy, tienes una imaginación desbordante y una capacidad infinita de ensamblar (no de San Blas) una peli con lo que tú quieres contar, y yo me quedo anonadado con la cuentacuentos De Luxe. De hecho (y eso va por todos), mucho mejor que nos esperemos a leer tus críticas antes que ver las pelis.

2) Bonito diccionario de sinónimos, Lord Velasco.
Demuéstranos ya lo de la mirada de músico de Spielberg. Yo diría que tiene ojillos de viciosillo hebraico comehostias que se pone con adolescentes tiernos (el Marlon del hijo de Indy) o incluso con niños (recordemos AI) o con animales (rememoremos Tiburón).

Estoy contigo en cuanto a que la peli te parece inverosímil... COMO TODAS LAS DE INDIANA JONES!!!! Lo de aburrida es discutible. Depende de la capacidad del cancarro de palomitas que compres a la entrada... y de la compañía que lleves a la sala. Ya se sabe que el fuerte de Chichi es la cocina nipona (excelente cena, compañero del metal, ¿para cuándo otra?).

3) De acuerdo con Kresper. Me sobra la abuela Marion. Con ella a la peli sólo le falta el titulillo "Para todos, pero todos, los públicos, incluidos los de geriátrico de la playa de Castefa. Abuelos, pal cine, coño!" Me carga tanta miel.

4) y ahora hago yo mi aportación de cinéfilo de serie Z (sin complejos): una de las mejores imágenes de la peli, por impactante, es el champiñón nuclear y cómo se funden los muñecotes de la "familia tradicional" yanky... ¿Vale como metáfora?
Rizostxungos

Anónimo dijo...

La influencia de tan determinantes factores como son el judeismo y los ovnis, que quedan reflejados no sólo en la creación de personajes o en la música si no también en sus fotos de familia, queda patente en esta la última y mejor película del maestro Spielberg.
No son ñoños sus cabellos ni tristes sus destellos cuando Marion se dirige a su hijo ilegítimo para hablarle, en lo que podemos entender como una metaparabola de ufología darwinista, sobre su padre.
A su vez, la bomba lanzada en el desierto nos recuerda esa holocaústica guerra mundial que tan adentro lleva el directo, transformando en una emblemática nevera los caminos de salvación de miles de personas.
En fin, una obra maestra en todos los sentidos que no he tenido el gusto de ver.

Chicharrin dijo...

He leido tu crítica Pussy y todos lo comentarios...este debate promete; así que me voy a mis clases de cocina que no quiero criticar con prisas.

Anónimo dijo...

Querida Pussy, sólo una pregunta: ¿cómo definirias esta película como una hamburgesa o un bistec?, gracias.

Anónimo dijo...

Ojo con frivolizar, Lengua. Que hay hamburguesas requetebuenas y filetes que son espantosos. De hecho, Spielberg es especialista en cocinar, de tanto en tanto, hamburguesas deliciosas.

Anónimo dijo...

Me parece que Spielberg ha cambiado menos que muchos de sus espectadores. Y eso por fuerza se ha de notar. A mi madre también le parecían inverosímiles y rocambolescos los argumentos de todas las pelis de la trilogía. Supongo que la magia es hacer verosímil lo que evidentemente es increible. Conmigo lo consigue, todavía. Ya veremos que pasa de aquí a unos años.
Ah! flipo con los comentarios sobre Marion. ¿abuelilla? Creo que es un poco cruel. ¿Qué pasa, que solo los tíos se pueden hacer mayores? Os recuerdo que es unos añitos más joven que nuestro Indy. Aunque claro, también podemos hacer como en "Alejandro Magno", donde el protagonista, Colin Farrell, es 1 año más joven que su madre, Angelina Jolie.

Anónimo dijo...

yo no me quejo de que la protagonista esté cercana a la vejez o a la gran madurez, solo digo que los dos, estaban bastante de romance facilón y desganado. Qué le faltaba chispa, seducción, al asunto y que perfectamente entre dos maduritos la puede haber.

Pussy Deluxe dijo...

A Dios (y a los participantes en el debate) pongo por testigo de que si he de renegar de "IJ 4" para volver a probar tus Makis no dudaré en hacerlo chichi chef. No pienso batirme el cobre habiendo en juego tan suculento botín. Siempre nos quedará Wall-e...

Anónimo dijo...

Kresper, en eso te doy toda la razón. Cinco minutos menos de persecución y un poco más de seducción hubieran estado bien.

Anónimo dijo...

Uf, un poquito de sexo geriátrico... por favor... se me contrae el estómago sólo pensar en cómo se les iba a caer la dentadura postiza, en esa bella caída de colgajos arrugados por el paso del tiempo... aggg. Ya me pongo.