miércoles

El Rincón del Cinéfilo Caliente

“Youth without youth” (Francis Ford Coppola, 2007)


Lo más fácil a la hora de empezar a escribir alguna cosa sobre la película “Youth without youth” sería decir que sigue sin ser estrenada, lo que la convierte en una representante más, y de las más interesantes, de ese cine invisible del que se hace eco el recomendable último número de la revista Cahiers-España. Lo insólito del caso es que se trata de una película de Francis Ford Coppola, lo que demuestra que ni siquiera se libran de la invisibilidad los apellidos ilustres como el suyo (menos mal que bendita, Mula, tú eres, entre todas las redes).

Por lo que sé, “Youth without youth” sólo se ha visto, dentro de Europa, en Francia, Inglaterra e Italia. En los Estados Unidos la distribuidora Sony Classics sólo la ha estrenado en dos ciudades. Y en uno y otro lado del Atlántico las críticas han sido un completo desastre. De ella se ha dicho que es una película soporífera, deprimente, incomprensible, impenetrable y, mejor aún, una no-película. De entrada, sorprende que haya tanto crítico y gacetillero cinematográfico que tenga una idea tan clara de lo que es el cine y, por lo tanto, de lo que no lo es; que tenga la convicción de que el cine, si se tiene que parecer a algo, es a una idea (rígida) de novela. Para esos críticos, cualquier tentativa nueva es una afrenta. Para ellos, el cine es Ildefonso Falcones. Pero nunca John Cage o Haroldo de Campos.
El desconcierto y el rechazo que ha provocado la última película de Coppola seguramente no quitará al sueño a su director, que bastante acostumbrado está a que sus películas se valoren con el tiempo. De hecho, lo que Coppola pide al público es tiempo, que es justo lo que recibe Dominic Matei, el protagonista del film.

Es cierto que “Youth without youth” es una peli de difícil acceso. Una sinopsis no daría cuenta de su complejidad y riqueza. Basada en una novela de Mircea Eliade, en ella se barajan cuestiones como el origen del lenguaje, el origen de la conciencia humana, la fuerza del amor y la debilidad de todo ello ante la apisonadora del tiempo. En más de un aspecto recuerda a “Drácula”, lo que demuestra que la ópera que orquestó sobre el famoso personaje de Bram Stoker era un trabajo más personal de lo que se dijo en su estreno. Y, curiosamente, a pesar de no pertenecer a ningún género (o, en todo caso, al género del cine de autor), “Youth without youth” tiene mayor enjundia fantástica que la peli que hizo sobre el sanguinario Vlad Teples.
“Youth without youth” merecería una larga parrafada que ahora no puedo hacer. Me limitaré a dejar apuntado que en ella Coppola vuelve a practicar su autobiografismo encubierto, al igual que hizo en películas como “Tucker”. El film se abre con la siguiente frase: “A veces admito que es posible que nunca llegue a culminar mi trabajo”. ¿Y cuál es ese trabajo?. En el caso de Coppola sospecho que, más que dirigir una obra maestra, se trata de revolucionar el cine. Yo de él no me preocuparía porque obras maestras las tiene y con algunas abrió una brecha. Y aunque “Youth without youth” no se mueva en la órbita de las películas perfectas sí que lo hace en la de las películas extraordinarias.


Otra encomiable labor

de nuestro explorador


Lord Velasco



10 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues mira qué bien! Seguramente no será menos película que el engendro que sufrí añoche, "Alien Vs Predator". No la terminé de ver pero supongo que al final de tanta estupidez sobrevive la negra.
Es una lástima que una película tan tonta pueda ser vista en cualquier cine y que "youth without youth", como tantas otras pelis interesantes, quede relegada al ostracismo.

Dirán que el pirateo está matando a la industria, pero dignifica al cine.

Pussy Deluxe dijo...

Me pido tu última frase como logo para una camiseta, hombre de las gafas, ¡cuánta sabiduría hay encerrada en ella!
Alguna vez hemos hablado en estos lares sobre la estupidez y/o mala fe de aquellos que deciden qué se estrena y que no en las salas de cine, menos mal que, como apunta el sabio de las gafas, nos queda internet.
Por mi parte, hoy mismo me proveeré de "Youth without Youth", que teniendo a Coppola y a Elíade en sus créditos no puede dejar de ser interesante.
Y con todos los respetos, ¡qué peñazo Ildefonso Falcones!

Pussy Deluxe dijo...

Antes se me ha pasado y no quería dejar de comentar esa pedazo de foto, maestro alumno, nuestro Lord con el gran Coppola... ¿Se puso semejante camisa en tu honor, Lord Velasco?

Anónimo dijo...

Coppola siempre ha sido adicto a las camisetas hawaianas. La foto es divertida: ¡menudos dos gordos!.

Anónimo dijo...

¡Coño!. Y ahora que releo tu post, querida Pussy: ¿quién es el maestro y quién el alumno?.

Anónimo dijo...

Deja las drojas, amigo Lord

Anónimo dijo...

¿Y por qué?.

Las drojas son lo único que me atan a la vida, vida mía.

Anónimo dijo...

Con las películas tan raras que haces, queridísimo Lord Velasco, me me extrañaría ni un pelo que este pobre hombre se haya inspirado en ti para su "juventud sin juventud".

De paso, apreciado colaborador, te recomiendo que rebajes un poco más tus humos y reconozcas que aun te falta mocho para ser fregona.

Anónimo dijo...

Y yo el otro día metiéndome con El Padrino 2! No sabía que Coppola y usted eran amigos íntimos! Que va a pensar ahora de mí... :-)

Anónimo dijo...

Ya me gustaría a mi, endikus, que fuéramos amigos. ¡Si por poco me pega un bofetón porque le pregunté cómo llevaba su eternamente aplazada "Megalopolis"!. Por no decir que ese día yo llevaba en la mano un vaso de horchata con fartons y, por mucho que le ofrecí, Coppola me rechazó la horchata con el labio mustio...