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Biblioteca Básica de literatura Clásica

“El síndrome de Ambras” y otras fantasías licantrópicas
El síndrome de Ambras o Hipertricosis Universal congénita, es una alteración genética que provoca el crecimiento de una gran cantidad de pelo en el rostro y en el resto del cuerpo. Es también el título de la última novela de Pilar Pedraza (Toledo, 1951). Debo confesar, que hasta ahora sólo había leído su ensayo “Espectra. Descenso a las criptas de la literatura y el cine” (Valdemar, 2004), y que tampoco soy una lectora habitual del género fantástico y de terror, en el que se inscribe su producción novelística, pero os puedo asegurar que de ahora en adelante seguiré atentamente el trabajo de esta doctora en Historia, que ejerce como profesora de Artes en la cátedra de Historia del cine de la Universidad de Valencia. Si “Espectra”, una perspicaz y lúcida mirada al miedo y la fascinación que provoca en el hombre la imagen de la mujer muerta, me pareció amena e instructiva, “El síndrome de Ambras” (Valdemar, 2008), un inquietante relato gótico, me ha revelado una narradora subyugante. La novela sigue las andanzas de lord Alexander Ashton, apuesto aristócrata inglés, que acompañado por su joven esposa, recorre las convulsas tierras españolas en pos de una misión secreta en pleno decenio liberal (1853-1863). A caballo y en carruaje, de posada en posada, asistimos a la enésima lucha fraticida entre las dos españas, cuya tragedia corre pareja a la evolución del extraño mal que aqueja a lord Ashton. Un mal que hace sangrar sus encías, convierte sus otrora delicadas manos en pezuñas y que poco a poco cubre su marfileña piel con un espeso pelaje. Lucha titánica la que comparten el país y el aristócrata, duales ambos, que no cejará hasta que cada uno decida lo que quiere ser y asuma las consecuencias.
Añadan ustedes al fantástico relato, una imaginación sugestionable y un intenso brote de las muelas del juicio de la lectora, y tendrán como resultado dos noches de vigilia dignas de una pesadilla del señor Cronenberg, en la que por momentos creí que la perra que llevo dentro pugnaba por adueñarse de mí para unirse a los salvajes devaneos del protagonista.

A la espera de que mis muelas remitan, empezaré a leer otro de los ensayos de la señora Pedraza, “La bella, enigma y pesadilla”, con la secreta esperanza de vivir en carne propia, vía ensoñación, la transformación en Esfinge, Medusa, Sirena o Pantera. Ya os contaré.


Otra buena razón
para no dejar la depilación
ofrecida por
Pussy Deluxe
(licántropa ocasional)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya me lo pasarás, porfa!. Como tú, de Pedraza yo solo conocía el ensayo de Espectra. Tiene uno que me interesa mucho sobre mujeres automátas. Y, en Cátedra, es coautora de un estudio sobre Fellini (aunque, curiosamente, nunca me apeteció leerlo: creo que me llegué a cansar de la colección Cineastas de Cátedra).

Chicharrin dijo...

se nos acumula la faena pero estamos de vacaciones por Kansai,asi que mas vale que os paseis por http://japanramen.blogspot.com/ y seguir en directo nuestro proceso de adelgazamiento.

besos y recuerdos a todos

Anónimo dijo...

Chichi, me paso ahorita mismo para ver cómo os peneis hasta las trancas de sushi, ¡qué envidia!

Te paso el libro cuando quieras Lord. El ensayo que mencionas es "Máquinas de amar. Secretos del Cuerpo Artificial" y forma parte de la trilogía compuesta por "Espectra" y "La bella, enigma y pesadilla". También tiene un estudio de Metrópolis que no pinta mal, otro de Dreyer y otro más de La mujer pantera de Tourneur.

Anónimo dijo...

chichi, veo que os lo estais pasando a lo grande. Qué envidia!
Espero que esta vez pueda estar presente en la cena presentación de las fotos, que los últimos viajes me las he perdido.
Bueno, pues a mi solo me queda la ilusión de que mañana me voy una semanita de vacaciones, aunque sea a Salamanca.
Saludos a todos los bloggeros...

Anónimo dijo...

Ya notaba yo rugiditos las noches anteriores... Pussy, lee a Mortadelo, a Heidi o a Pipilastruk...