Oscars 2009

Repaso a la Alfombra Roja

Por El Hombre de las Gafas

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Queridos amigos y queridas amigas, si algún acontecimiento destaca por su elegancia y glamour ese no es, desde luego, la gala de entrega de los Oscars. Vestidos caros los que quieras, pedrería como para abrir una mina y cincuenta mil horas de peluquería no son garantía de nada cuando se trata de vestir a una estrella. ¿Dónde han quedado el estilo, la clase y el saber posar de las estrellas de antaño? Hoy la mayoría de ellas lucen en la alfombra roja sus mejores galas con el porte y la actitud de una maruja yendo de boda. Y es que no me cabe la menor duda que los premios les importaban infinitamente menos que los taquitos de queso y las croquetas que les sirven después de la ceremonia. A las pruebas me remito:

¿Cómo parecer mayor y salir airosa del intento? Pues llevando el estilismo de Kate. Luciendo un vestido de su abuela, engominándose el pelo para atrás y poniendo cara de estar estampada en una moneda, Kate consigue un resultado excelente de señora viejuna. Me consta que varias veces la confundieron con Meryl.

Tuneada para la gala. Angelina pensaba que le iban a dar el Oscar y se tatuó el discurso en el hombro por si se le olvidaba con los nervios. Además, como mujer precabida vale por dos, se escondió debajo del tupé una tortilla de patatas y un bocata de atún para matar el gusanillo por si en algún momento de tan interminable gala a ella o a su marido les entraba hambre. Por si les entraba sed, Brad llevaba un cartón de vino en la bradgueta.

Así de horrorosa apareció Sarah embutida en un disfraz de novia. De tanto subirse las tetas una se le metió debajo del sobaco, así que se quedó toda la noche sin poder despegar los brazos del cuerpo lo que resultó un gran inconveniente a la hora de pinchar las croquetas. El peinado de orejas de cocker fue un gran acierto de su enemigo.

Este es el típico ejemplo de zorrupio hollywoodero. Nadie sabe quién es ni a lo que se dedica. Pero allí está ella, con un vestido comprado en el outlet de Zara y luciendo siliconas varias en busca de su momento de gloria. Para la siguiente gala te recomiendo que te depiles mejor los sobacos y que te gastes un poco más en el peluquero porque, por muy buen profesional que sea, con los restos de los tintes de las otras no se pueden hacer milagros.

Qué grima da esta tía. Esto es lo que se llama estilismo espiritual. Sólo le falta pintarse un corazón apuñalado en el pecho y es la viva imagen de la Inmaculada Concepción. Claro, que quién es el guapo que estropea la funda de sofá que lleva puesta garabateando nada... Con lo cara que está la vida.

Eso mismo debió de pensar la señora madre de esta criatura cuando decidió tunearle el vestido de la comunión para asistir a tan magno evento. La mujer decidió que al vestido de su hija mejor que no le faltara de nada y le añadió los tapetes del sofá, los visillos, los paños de cocina, la cortina de la ducha y un lazo. Todo, eso sí, no vayan a darse cuenta, revestido con mucha purpurina, mucho fleco, mucha blonda y mucha pedrería.

Ésta se tiró tanto tiempo para meterse en el vestido (monísimo, eso sí) que no le dio tiempo a pasarse por el peluquero. Dos minutos antes de empezar la gala todavía estaba pidiendo a gritos un peine.
Sofea Loren hizo honor a su nombre y apareció tan horrible que muchos la confundieron con Mickey Rourke. Fíjaos en el tono rojizo de su piel. No se debe a un exceso de maquillaje, bastante kilos lleva ya la pobre en los ojos y la ceja, si no a lo apretada que llevaba la gargantilla para que le recogiese todos los pellejos del pescuezo y le disimulara la nuez. Además, si tu dentadura postiza ya está vieja, mejor evita ponerte algo blanco cerca de la cara. Mira la Meryl qué lista que se puso unos pendientes color marrón.
Y hablando de la Meryl, mírala si parece la estatua de la libertad recién salida de mear detrás de unos matojos. Con la precipitación del momento se le ha debido quedar un trozo de braga metido en la raja del culo. Del saco de patatas que lleva por vestido mejor ni hablo.

Uy, La Toñi Salazar! Ésta si que es un estrella. Como se ha separado de su hermana ha decidido formar un dúo artístico con el feo de los Calatrava. No estaba allí de promoción, es que era la que freía las croquetas.

Mira nuestra Pe sacando morro, es como ver al pato Donald vestido de vaporosa princesa Disney. ¡Qué cara más imposible!. Ésta tendría que nacer de nuevo para poder ser elegante. Si parece que vaya cagá.

Aquí el claro ejemplo de rubia jamona made in Hollywood. Mucho taconazo, mucho raso y mucho escote y se pone a posar como quien acaba de matar un ciervo. Y luego esa manía que tienen de no dejar nada a la imaginación: si tienes varices tapátelas coño.
Y dejo para el final a esta moza, experta en sacar lo peor de sí misma de una sola tacada. Que tienes más entradas que Manolo Escobar, pues te pones el pelo bien repegao con gomina y te haces la raya al un lado. Como además tienes orejas de soplillo pues te pasas el pelo por detrás, no sea que no se vea esa delicada y sencilla pieza de joyería barata que luces como pendiente, a juego con los ocho kilos de pulseras de choni y los dos anillacos de motorista del infierno. Si además vizqueas y tienes los ojos juntos pues qué mejor manera de acentuarlo que pintándotelos tan negros que acaben pareciendo el culo de un pavo. Como además careces de labio superior (y no me refiero al coño) y te gusta usar pintalabios, pues te pintas los dientes de rojo y a lucir sonrisa.

No voy a entrar en el detalle de enrollarte en un retal de tela roja brillantona para que parezca que llevas un vestido de alta costura, pero si tienes una lorza horrorosa como la que tienes al menos tápate la espalda.

Bueno, queridos míos ¿Tengo o no tengo razón?. Había menos glamour en esta gala que en el desfile de la Legión, cabra incluida.